A bofetadas, ¡Todo sea por la audiencia!


Un acto sin precedente ha marcado esta semana el futuro de la televisión. Olvidaros de la llegada del hombre a la luna o el asesinato de Kenedy. Me estoy refiriendo al acontecimiento que tuvo lugar en la última entrega del reality show de Cuatro, 'Pekín Express-La Ruta del Himalaya'. Cómo en cada capítulo de esta excursión por monte y playa, los concursantes tenían que superar una prueba para seguir en el programa y así lograr el objetivo final, la victoria (y porqué no, el minuto de gloria tan anelado por algunos). Al inicio del mismo nadie se esperaba lo que minutos más tarde iba a pasar, y es que dentro de un autobús se vivió una de las situación más patéticas y tristes sucedidas hasta el momento en la historia de la 'caja no tan tonta'. Un conflicto entre concursantes que iba más allá de las palabras, es decir, Silvia le daba una bofetada a Alazne en el bús que les tenía que trasladar hasta el punto establecido y Meritxell le propianaba una serie de patadas a Silvia y a su chico.

Esto abre un serio debate ético y moral que afecta seriamente a la audiencia. ¿Hasta donde está dispuestos a llegar los programadores y productores por conseguir audiencia? Hay que tener en cuenta, que ninguna de las parejas implicadas en el asunto fue expulsada en su momento, por lo que todavía optan al premio final, hasta 95.000 euros que conseguirá la primera pareja que concluya los 10.000 kilómetros de recorrido -Pekín-Bombay-, dependiendo también de las pruebas que ganen en cada etapa.

Independientemente de posicionarnos de un bando o de otro -los que sean seguidores aférrimos creo que deberán de hacer un esfuerzo doble, pero que es muy aconsejable-, es lícito pensar y afirmar en el grave error en el que se ha incurrido y que debería de hacer pensar a todos, desde los políticos que luchan por la igualdad y la 'no-violencia', hasta los directivos de las televisión (en especial a Cuatro) y productores. Hace años que Gran Hermano optó por expulsar a Carlos Navarro, alias 'El Yoyas', del concurso por su actitud, que huía de modales correctos según la directiva debían de servir de ejemplo. Frases como la ya mítica "te voy a meter dos yoyas que te van a temblar hasta las orejas" precipitaron su expulsión. Pero no hace falta ir tan lejos ya que en la presente edición del concurso que presenta Mercedes Milá, la tremenda discusión entre Gonzalo y Pilar hizo saltar todas las alarmas en la dirección por considerar demasiado exaltada la reacción del argentino, así que este fue puesto de patitas en la calle por su carácter agresivo, pero que en ningún momento llegó a utilizar sus extremidades como si de auténticas armas de destrucción masiva se tratasen.

Pero el caso que se nos presenta es totalmente diferente. Dos mujeres se pelean (a las que hay que sumar sus respectivas parejas del concurso presentado por Raquel Sánchez Silva) -y sin barro por el medio, como las pelean en bikini que se pueden ver en algunos canales de pago- hasta que llegan a las manos. Pero misteriosamente, y como si nada hubiera sucedido, continúan en antena y las cámaras siguen ofreciendo su espectáculo dantesco. De hecho, el programa se recrea en si mismo y sigue emitiendo las palabras y declaraciones que las dos partes implicadas siguen haciendo, ya por separado, después del asunto. Además, llegan a mostrar las caras de los inesperados testigos, que seguramente la imagen que tendrán en estos momentos de los españoles no será la que se corresponda con la realidad.

Muchos pensarán que si uno de los protagonistas principales hubiera sido un hombre el rumbo que se hubiera tomado hubiera sido diferente y que, seguramente, a este se le hubiera tratada, como mínimo de maltratador hasta hundirlo en la miseria. Pero ante todo se ha se ser plenamente consciente que una agresión tiene como objetivo hundir en la humillación a la persona contraria, independientemente de que las dos personas implicadas sean del mismo sexo o de contrarios, por ello, esta situaciones deben de ser castigadas de una manera ejemplar para futuros 'pseudo famosos' y que marque un precedente.

Nosotros, como espectadores, nos encontramos en una situación de privilegio. Tenemos una de las pocas ocasiones en las que podemos decidir sobre algo, es decir, poseemos en nuestras manos el poder de demostrar que la actitud tomada por los responsables en cuestión no ha sido la correcta, haciendo bajar la audiencia de una manera considerable, prácticamente hasta que quede en el 0 por ciento (como se suele decir, siempre está la excepción que confirma la regla). Sino, nos tendremos que atener a las consecuencias ya que en estos momentos está abierta la veda para que las bofetadas y los golpes serios se conviertan en un realidad televisiva para conseguir un mayor índice de espectadores. Como se suele decir en momentos complicados: "Se avecinan tiempos difíciles sino ponemos una buena solución al conflicto".

Para todos aquellos seguiros de este blog que no hayan visto la ya famosa bofetada, a continuación os cuelgo el vídeo sobre el penoso momento:

2 comentarios:

  1. Todo sobre Pekin Express:
    www.blogpekinexpress2.com

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  2. Quien es este spammer? XD

    Jodó, te ha salido profundo el artículo... xD

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