Guardemos un minuto de silencio por Crónicas Marcianas 1.2. Perdón, quiero decir por La Tribu


Una noticia me hacía estremecer ayer por la tarde. El titular de Efe decía así: "Telecinco y Javier Sardá deciden finalizar la emisión de La Tribu". En esos momentos mi cara era de plena estupefacción, así que decidí leer la noticia entera, en la cual que se informaba de lo siguiente:

"Telecinco y Javier Sardá han decidido hoy finalizar la emisión del programa La Tribu, ya que no se ha cumplido las expectativas que ambas partes tenían al iniciar este proyecto, ha informado la cadena de televisión.
A través de un comunicado, Telecinco ha explicado que la decisión ha sido tomada a pesar de que el programa iba subiendo de audiencia cada semana y llegó a ser líder en su horario nocturno en su última emisión el pasado viernes.
Tanto la cadena como el director y presentador han preferido trabajar en un proyecto de futuro antes que dar continuidad a La Tribu, que comenzó su andadura el pasado 16 de abril, ha añadido la nota.
Precisamente hoy hace un mes que Mercedes Milá anunció que se marchaba de este programa, en el que compartía protagonismo con Javier Sardá, Carlos Latre y Boris Izaguirre, porque en el programa no se analizaba la actualidad desde la mirada de ellos cuatro, según la periodista. EFE".

Tras este tremendo impacto informativo, que prácticamente ha hecho mover los pilares del estado y casi lleva a declarar el estado de excepción (para el que no lo haya entendido, estoy hablando en modo irónico), he llegado a la conclusión de que esta es la mejor decisión que podía tomar tanto Telecinco como Javier Sardá.

En sus inicios, el periodista catalán declaró que La Tribu no iba a ser un 'remake' o una segunda parte del mítico Crónicas Marcianas. Sabiendo como es, sinónimo de éxito y diversión, yo me esperaba un programa desenfadado, alegre y que reflejara la actualidad desde una perspectiva diferente. Pero la primera nota mosqueando la encontré cuando vi a los colaboradores -Izaguirre y Latre-, entre los que descataba Milá (la cual ya tuve el presentimiento que estaba de mero relleno para enganchar a la audiencia).

Todos mis augurios se hicieron realidad en los cinco primeros minutos de emisión. Los mismos planos, los mismos golpes sonoros de Jorge Salvador, la misma actitud del personal... Todo me recordaba a Crónicas Marcianas. Incluso el Boris Izaguirre que había conocido en cuatro y TVE, comedido y huyendo de la imagen que teníamos de él había vuelto a sucumbir a los encantos del 'show business', por lo que sólo le faltaba volverse a desnudar en medio del programa mientras alzaba la voz hasta arrancar algún aplauso y carcajada (hay que tener en cuenta que tiene un Premio Plantea, así que tonto no es ya que está considerada como uno de los intelectuales de nuestro país con mayor solera). La guinda del pastel, además de las imitaciones de Latre y la aparición de Santiago Seguro -como en Crónicas-, la puso cuando en el segundo programa a pareció Galindo, sí sí ese hombre que había desaparecido con el cierre con pestillo del mayor programa de éxito tanto para Telecinco como para Sardá. Vamos, que sólo faltaban las azafatas/bailarinas SPS -Marbelys, Marta y Vanessa- (imposible que estuvieran, Marbelys está de profesora en Fama, de Cuatro).

Ni el cambio de día a los martes ha permitido darle un hilo de vida, una esperanza a la agonía de la muerte, una tregua a un negro futuro muy próximo. La gente creo que ha presenciado lo mismo que yo. Una versión 1.2 de Crónicas Marcianas (con los mismos colaboradores, secciones, actitud...) y ha decidido darle la espalda al excéntrico pero inteligente y sagaz periodista. Al menos yo, buscaba algo nuevo y no lo encontré. Y me alegro de esta situación ya que creo que por primera vez que la audiencia hemos sabido reaccionar al engaño, y a partir de ahora más de uno programador de lo pensará a la hora de incluir un programa y ver a los espectadores como simples "tragaimágenes".

Como suele decir el refrán: Segundas partes nunca fueron buenas. Y creo que Javier Sardá lo ha comprobado en sus propias carnes.

La Final de Champions en el teletienda de Antena 3


Antena 3, entre otras cosas, pasará a la historia como el canal que emitió un hecho histórico el mundo futbolístico: la consecución de la tercera Liga de Campeones del F.C. Barcelona en su historia, justo la temporada que ha conseguido alzarse con la Copa del Rey y la Liga, algo que ningún equipo español había logrado hasta el momento.

En Roma se enfrentaban los dos mejores equipos de Europa y, por qué no decirlo, del Mundo como son el Manchester United de Alex Ferguson y el Barça de Pep Guardiola. Pero este espacio no está dedicado a la victoria de los culés por 2-0, sino a la retransmisión que llevó a cabo Antena 3 y su especial "vamos aprovechar para vender todo lo que podamos de nuestra casa".

Sabedores de la importancia que tenía el encuentro y del elevado número de seguidores que lo habría tanto en los hogares como en los bares (recordar la exclusividad de los derechos de retransmisión), los directivos de Antena 3 pusieron toda la carne en el asador. Hasta Roma enviaron a Matías Prats (maestro de ceremonias), José Antonio Luque, Manu Sánchez y a los ex jugadores del Barcelona José Mari Bakero y Albert 'Chapi' Ferrer. La verdad que su papel lo hicieron de maravilla: ofrecieron espectáculo, entretenimiento y no aburrieron al personal ya que estuvieron comentando, analizando y describiendo cada instante del encuentro.

Pero los periodistas de la cadena hicieron algo más (por suerte, en este ámbito los ex deportistas ya no se metieron). Que mejor ocasión de recordar a los telespectadores lo que la cadena amiga tiene en su programación o que pertenece a su cosecha. La verdad que después de repetir como unas quince veces que hoy podemos ver un nuevo capítulo de Los Hombres de Paco y que cuando tenga un rato he de ir al cine a ver Fuga de Cerebros (película en la que participa la cadena de televisión) empecé a hartarme de la retransmisión, del contenido de la cadena, del guionista, del programador y de todo lo que se movía en torno a ellos. Basta ya de teletienda gratuita, que yo tan sólo queríamos ver el partido, pero claro, es más efectivo recordarlo mientras Messi regatea a cuatro ingleses que poner un cartelito anunciador, el cual seguramente pasará desapercibido. Así, que después de amargarme ciertos momentos del choque he decido no ver Los hombres de Paco ni Fuga de Cerebros, y si veo Física o Química será porque hay alguna actriz que 'vale la pena'.

Pero lo más grave estaba por veni. Justo cuando acaba el partido llega el mejor momento para la economía de la cadena: hacer publicidad para llenar las arcas. Consecuencia: la recogida de medallas por parte del Manchester United prácticamente se pierde, ya que sólo se acaban viendo a tres o cuatro jugadores, los últimos de la cola. Y en el momento en el que los deportistas del Barcelona parece que van a recoger su correspondiente trofeo deciden que es el instante ideal para dividir la pantalla en dos: en una pantalla pequeña en la que reflejar lo que sucedía en el Olímpico de Roma y en otra más grande anuncios (sólo hubiera faltado el de: ¿"quieres ver como esta pareja se lo monta en una habitación de hotel? pues envía un sms...).

¿A qué estamos jugamos?¿Dónde ha quedado la dignidad, la ética y el respeto hacia el aficionado? Por suerte, en Canal+ con Michael Robinson a la cabeza siguieron fieles a su idea de ofrecer el verdadero espectáculo y no el del abuelo del Inistol. En fin, enhorabuena a los culés y recordar: al mismo tiempo que vuestro equipo lograba alegrar la vida de muchas personas (ya veréis como de aquí a nueve meses aumenta el índice de natalidad, porque se dice que ya sucedió con la final de Wembley), un grupo de directivos también se alegraba pero por poder mantener su Mercedes lleno de gasolina y su chalé en Marina D'Or 'Ciudad de Vacaciones' y al fin y al cabo seguro que les daba igual quien ganara (por mucho que José Antonio Luque se empeñara una y otra vez en decir que este era el Barça de todos) siempre y cuando la empresa que contratado el espacio publicitario de 20 segundos pague el talón correspondiente.

El Internado, ¿realmente tiene Lagunas Negras?

A lo largo de sus cinco temporadas, El Internado (Antena 3) se ha consolidado como una de las grandes series españolas. La unión entre jóvenes actores con profesionales experimentados y con una larga trayectoria a dado su fruto. A eso, hay que sumarle los grandes paisajes en lo que se encuentra la Laguna Negra y el hecho de grabar todo el HD. En definitiva, todo un gran experimento que ha dado sus ricos frutos transformados en las excelentes audiencias que registra martes tras martes.

Pero ¿qué pasa con el guión y los guionistas? Hace tiempo que me comentaron que la serie estaba programa para tres temporadas, pero dado el éxito que tuvo se decidió alargar. Tengo la sensación de que ha llegado un momento en el que ni los actores, productores, director, etc. saben hacia donde irán los próximos capítulo.

Lo que en un inicio era buscar la verdad sobre el paradero de una madre y un padre se ha desviado peligrosamente hacia la búsqueda de unos nazis, olvidando también lo de los clones, las obras de arte y toda la simbología que se escondía en los pasadizos secretos. Nadie es bueno y todos son amigos, nadie es transparente y todos son oscuros, y a la hora de la verdad nada es lo que parece. ¿Que está pasando? Porque hasta las simpáticas niñas se están convirtiendo en repelentes y empiezan a perder su frescura e inocencia. Por no hablar de los nuevos profesores, a cada cual es más malo malote.


Tengo miedo, pero por una razón muy sencilla: es está generando en mí estado de estrés, nerviosismo e incredulidad que pueden llevarme hacia el máximo nivel de estupefacción, y más como acabe como la reputada serie de Los Serrano (Telecinco), que todavía no entiendo quien fue el "brillante genio" que escribió esos últimos cinco minutos. Desde este pequeño y modesto blog exijo algo muy claro y directo: que reconduzcan la serie por los buenos senderos de la consideración y la consciencia o sino que hagan como con las grandes series de culto, tales como 7 Vidas o Médico de Familia, es decir, más vale morir con éxito que morir olvidado u odiado.

Me da igual perder dinero mientras la presentadora esté en bikini


Todavía recuerdo cuando hace cuestión de dos años apareció en la pantalla de mi televisor una nueva cadena: La Sexta. Creada en un inicio como puro reflejo de ciertos canales de televisión americanos, basados en el puro entretenimientos a través del fútbol, las series y películas, estaba llamada a ser un canal revolucionario. Pero rápidamente, tanto la gente de Mediapro (Jaume Roures a la cabeza) como el resto de productoras (el Terrat de Andreu Buenafuente o Bainet TV de Carlos Arguiñano) se dieron cuenta que con sólo eso su nuevo 'embrión' no iba a funcionar. Así que empezaron a formalizar los informativos.

Toda esta introducción que os acabo de hacer tiene un sentido muy claro y único. Si os fijáis, los informativos de La Sexta están dirigidos por presentadoras que además de ser unas grandes profesionales tienen un físico bastante importante a la vez que atractivo. Es el caso de Mamen Mendizabal, Helena Resano o Cristina Villanueva (lástima que Sara Carbonero, presentadora de deportes, ya no sigue en la cadena verde y ha fichado por Telecinco -sí, exacto, la que en sus inicios tenía a las Mamachicho y al desaparecido Jesús Gil). Todo esto encarado hacia un público masculino.

Pero faltaba por enganchar a los noctámbulos que permanecemos hasta las tantas de la madrugada viendo la tele. Y ahí está el kit de la cuestión. El domingo, cuando ya estaba a punto de irme a dormir, a las 2 horas de la madrugada me dio por dar una última vuelta por los siete canales que tiene mi televisión (que esperáis de una tele que tiene unos veinte años. Ya pienso en el futuro de la TDT, que está a la vuelta de la esquina, pero de momento ahí se queda) y me encontré con una agradable sorpresa. Se trataba del programa 'Ganas de Ganar', uno de esos "engañaalgunosignorantes" que hacen creer que por una sola llamada de pueden endosar unos buenos eurillos por contestar una pregunta que 'supuestamente' siempre se falla (ya se sabe que no todo el mundo tiene la capacidad de descubrir que 1 y 1 suman dos). Y allí estaba ella, la presentadora vestida con sus mejores galas: la parte superior de un bikini y una minifalda que quita el sentido, el sueño erótico de cualquier crítico de televisión y de todo adolescente de 13 años hecho realidad.

Todo un acierto, sí señor. Está claro que yo antes que ver al musculitos de Telecinco que presenta un programa similiar -llamados también call shows o call TV- prefiero ver a la nueva musa de la noche. A ver cuando Milikito ficha a la Mónica Palenzuela (ha realizado en su carrera retransmisiones del Barça para la radio y actualmente trabaja en el programa Aruscity de 8TV) o Carolina Alcázar (presentadora de Más Que Coches, Telecinco). Por cierto, en Rusia y otros países hay presentadoras que se desnudan mientras van dando las noticias...viendo el panorama no creo que aquí tarde mucho en suceder eso, así que voy cogiendo sitio y preparando palomitas. ¿Alguien se apunta?

A continuación, un par de presentadoras que han pasado por el susodicho programa:

Cabe destacar que el toque exótico del fondo de la playa aplicado sobre el croma ya no está, -ahora se graba enseñando el plató- una verdadera pena ya que le daba mayor realismo a la situación.