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La Sexta ya tiene a su Hermano Mayor


La Sexta ha fichado al ex waterpolista y coach del programa de Cuatro Hermano Mayor, Pedro García Aguado, según confirmaron la propia cadena y él en su cuenta de Twitter. De esta manera, el presentador se marcha de Mediaset después de cuatro temporadas en las cuales el éxito ha sido una constantes. De este modo, el presentador será la cara de un nuevo programa, aunque el formato de Plural Entertaiment, que ayuda a aquellos padres cuyos hijos son conflictivos, continuará en Cuatro con otro presentador. Así pues, a partir de ahora se abre un nuevo horizonte para todas la partes implicadas en dicho asunto.

A bofetadas, ¡Todo sea por la audiencia!


Un acto sin precedente ha marcado esta semana el futuro de la televisión. Olvidaros de la llegada del hombre a la luna o el asesinato de Kenedy. Me estoy refiriendo al acontecimiento que tuvo lugar en la última entrega del reality show de Cuatro, 'Pekín Express-La Ruta del Himalaya'. Cómo en cada capítulo de esta excursión por monte y playa, los concursantes tenían que superar una prueba para seguir en el programa y así lograr el objetivo final, la victoria (y porqué no, el minuto de gloria tan anelado por algunos). Al inicio del mismo nadie se esperaba lo que minutos más tarde iba a pasar, y es que dentro de un autobús se vivió una de las situación más patéticas y tristes sucedidas hasta el momento en la historia de la 'caja no tan tonta'. Un conflicto entre concursantes que iba más allá de las palabras, es decir, Silvia le daba una bofetada a Alazne en el bús que les tenía que trasladar hasta el punto establecido y Meritxell le propianaba una serie de patadas a Silvia y a su chico.

Esto abre un serio debate ético y moral que afecta seriamente a la audiencia. ¿Hasta donde está dispuestos a llegar los programadores y productores por conseguir audiencia? Hay que tener en cuenta, que ninguna de las parejas implicadas en el asunto fue expulsada en su momento, por lo que todavía optan al premio final, hasta 95.000 euros que conseguirá la primera pareja que concluya los 10.000 kilómetros de recorrido -Pekín-Bombay-, dependiendo también de las pruebas que ganen en cada etapa.

Independientemente de posicionarnos de un bando o de otro -los que sean seguidores aférrimos creo que deberán de hacer un esfuerzo doble, pero que es muy aconsejable-, es lícito pensar y afirmar en el grave error en el que se ha incurrido y que debería de hacer pensar a todos, desde los políticos que luchan por la igualdad y la 'no-violencia', hasta los directivos de las televisión (en especial a Cuatro) y productores. Hace años que Gran Hermano optó por expulsar a Carlos Navarro, alias 'El Yoyas', del concurso por su actitud, que huía de modales correctos según la directiva debían de servir de ejemplo. Frases como la ya mítica "te voy a meter dos yoyas que te van a temblar hasta las orejas" precipitaron su expulsión. Pero no hace falta ir tan lejos ya que en la presente edición del concurso que presenta Mercedes Milá, la tremenda discusión entre Gonzalo y Pilar hizo saltar todas las alarmas en la dirección por considerar demasiado exaltada la reacción del argentino, así que este fue puesto de patitas en la calle por su carácter agresivo, pero que en ningún momento llegó a utilizar sus extremidades como si de auténticas armas de destrucción masiva se tratasen.

Pero el caso que se nos presenta es totalmente diferente. Dos mujeres se pelean (a las que hay que sumar sus respectivas parejas del concurso presentado por Raquel Sánchez Silva) -y sin barro por el medio, como las pelean en bikini que se pueden ver en algunos canales de pago- hasta que llegan a las manos. Pero misteriosamente, y como si nada hubiera sucedido, continúan en antena y las cámaras siguen ofreciendo su espectáculo dantesco. De hecho, el programa se recrea en si mismo y sigue emitiendo las palabras y declaraciones que las dos partes implicadas siguen haciendo, ya por separado, después del asunto. Además, llegan a mostrar las caras de los inesperados testigos, que seguramente la imagen que tendrán en estos momentos de los españoles no será la que se corresponda con la realidad.

Muchos pensarán que si uno de los protagonistas principales hubiera sido un hombre el rumbo que se hubiera tomado hubiera sido diferente y que, seguramente, a este se le hubiera tratada, como mínimo de maltratador hasta hundirlo en la miseria. Pero ante todo se ha se ser plenamente consciente que una agresión tiene como objetivo hundir en la humillación a la persona contraria, independientemente de que las dos personas implicadas sean del mismo sexo o de contrarios, por ello, esta situaciones deben de ser castigadas de una manera ejemplar para futuros 'pseudo famosos' y que marque un precedente.

Nosotros, como espectadores, nos encontramos en una situación de privilegio. Tenemos una de las pocas ocasiones en las que podemos decidir sobre algo, es decir, poseemos en nuestras manos el poder de demostrar que la actitud tomada por los responsables en cuestión no ha sido la correcta, haciendo bajar la audiencia de una manera considerable, prácticamente hasta que quede en el 0 por ciento (como se suele decir, siempre está la excepción que confirma la regla). Sino, nos tendremos que atener a las consecuencias ya que en estos momentos está abierta la veda para que las bofetadas y los golpes serios se conviertan en un realidad televisiva para conseguir un mayor índice de espectadores. Como se suele decir en momentos complicados: "Se avecinan tiempos difíciles sino ponemos una buena solución al conflicto".

Para todos aquellos seguiros de este blog que no hayan visto la ya famosa bofetada, a continuación os cuelgo el vídeo sobre el penoso momento:

Decidido, voy a montar un granja


Hace una semana Cuatro volvió a la carga con el objetivo de volver a hacer felices a un grupo de granjeros ya que estrenó la segunda edición de uno de sus programas estrella, 'Granjero busca esposa'. No obstante, esta edición presentó una importante novedad y es que entre los granjeros desafortunados en las cuestiones del amor se encontraba una joven fémina que, por cierto, está de buen ver. Y vosotros os preguntareis: "pues si del estreno ya hace una semana, ¿porque Óscar escribe ahora?". Muy fácil, porque quería confirmar si en el segundo programa se continuaba con la imagen dada en el primero en el que se podría catalogar un nuevo punto de vista televisivo, el 'neomachismo', y decidir si valía la pena montar un granja para buscar a una mujer que me ayude en mis quehaceres diarios.


La segunda edición del formato de Grundy ha regresado para ofrecer a los espectadores la misma dosis de emoción que la temporada pasada. Y es que, en aquella ocasión, El amor triunfó, y el granjero Tito vio cumplido su sueño al casarse este verano con Raquel. Ahora, en la segunda temporada, los siete nuevos granjeros quieren seguir sus pasos: encontrar el amor de su vida. Una tarea nada fácil. La semana anterior tuvieron un primero proceso de selección y cada concursante conoció a diez candidatos a ocupar su corazón, su otro lado de la cama, su otra media naranja, los paquetes de pipas y palomitas mientras ven películas románticas, etcétera. Todo ello, por su puesto, antes de pasar a la convivencia que realmente comenzará para los espectadores la semana que viene (aunque el concurso ya lleva grabado desde hace más de tres meses, y lo sé de buena muy tinta). Eso sí, cada uno hizo una selección de cinco y ayer se quedó con las dos últimas que se disputarán su amor y se intentarán ganar la confianza y el respeto de sus padres, familiares y amigos.


Pero una extraña sensación se apoderó ya en el primer programa dirigido de nuevo por Luján Argüelles y que se confirmó ayer. Cuatro parece que logrado acuñar un nuevo término en la RAE, el neomachismo. Y es que mientras los hombres diez candidatos a ser elegidos por la granjera Natalia Villén parecía estar asentados plenamente, las sesenta mujeres que allí se encontraban dispuestas a pasar una vacaciones pagadas (no hay que olvidar el tema de los derechos de imagen) parecían lobas hambrientas, como si no hubieran catado hombre en su vida. Sorprende esto, sobre todo, es pleno siglo XXI en el que el tema de la igualdad de género se halla entre los tema a tratar por el Gobierno de este nuestro país (como decía Juan Cuesta en 'Aquí no hay quien viva' en relación a su comunidad). Tampoco tuvo desperdicio la sesión de ayer, donde la selección de cada uno rondaba sobre un determinado emplazamiento seleccionado por los guionistas a conciencia, aunque sobre salía una piscina para mostrar los cuerpos esculturales (viendo la tónica cualquier día en alguna de las granjas incitan a hacer Miss Camiseta Mojada).


Ante todo hay que señalar que después del éxito de la primera edición -en la que logró cosechar una audiencia media del 11,2 por ciento de share y 2.017.000 espectadores, datos que le convirtieron en una de las revelaciones de la temporada-, el interés despertado entre los granjeros españoles ha sido tal que el perfil de los escogidos se ha ampliado y diversificado. Como novedad, una granjera, la joven vizcaina Natalia Villén, lo que ha provocado que en esta segunda temporada haya hombres compitiendo por conquistar el amor en las granjas. Además, hay una pareja de gemelos, Pedro y Jesús Mateo, que se juntarán por tanto en su casa con cuatro mujeres. Los otros cuatro elegidos son Carlos Alcaide, Santiago Cadahia, Alberto Carmona y Luis Pomar, todos ellos veinteañeros en busca del amor. Y esto me asalta la segunda de mis dudas que probablemente no me deje dormir: ¿las jóvenes de 20 años presentes saben lo que es el amor y una granja? o por el contrario ¿sólo buscan el salir en televisión -o en Interviu- para ser reconocidas cuando vayan a comprar el pan en la panadería de su barrio, además de ganar algún dinero extra? Esto habrá que verlo poco a poco, aunque me consta de primera mano que una de las parejas todavía perdura, así que igual cupido en esta ocasión ha realizado bien su tarea.


Por suerte, poco a poco, los programas que van explotando a este tipo de personajes ficticios derribados de la telerealidad van desapareciendo, por lo que seguramente caerán en el olvido y volverán de inmediato a su realidad. También digo una cosa, espero que descubran realmente que el campo no es un lugar de vacaciones y que es realmente necesario trabajar (incluso los siete días de la semana) para poder sacar todo adelante y que las deudas derivabas de la explotación no se te coman vivo.


En total, siete participantes con una misma intención. Luján será nuevamente la maestra de ceremonias y volverá a acercarse a cada una de las historias de amor que vayan surgiendo. Su complicidad con los concursantes hará que cada uno de ellos abra sus sentimientos y se confiese. Pero Luján no sólo se involucrará en la vida de los granjeros y la granjera, también lo hará con las mujeres y hombres candidatos, con quienes actuará de cómplice y confidente. La verdad es que el concurso promete de verdad por lo que ya podéis dejar de hacer quinielas sobre la Champions o la Liga empezar a aportar sobre qué parejas triunfarán. Por cierto, viendo como está el tema yo ya he tomado una decisión: en un año es probable que monte una granja para presentarme a la tercera edición, igual hasta me sale más barato que salir a ligar casi cada fin de semana.

Bear Grylls seguramente nunca será el último superviviente


Desde hace unos meses Bear Grylls entró a formar parte de nuestras vidas a través del programa que emite Cuatro 'El último superviviente'. En él se narran las "aventuras" de un ex SAS por las selvas de medio mundo y que se esta convirtiendo en el héroe de los dominguero y frustrados exploradores españoles, esos que no saben interpretar un mapa, que creen que montañismo es ir a un bosque con barbacoas de piedra y que si les dices que has hecho 20 kilómetros en bicicleta te tildan de "loco".

La verdad es que viendo el programa apetece perderse aposta por el bosque y en caso de encontrar una carretera esquivarla para, posteriormente, saltar por un acantilado de rocas afiladas y puntiagudas que acabará en un río con cocodrilos. En resumir las cuentas, que acabas pensando: "si este hombre puede yo seguro que también tengo un ángel de la guarda o al mismísimo Dios que me acompaña en mi travesía por el infierno".

Pues cuidado, que el Robison Crusoe del Siglo XXI igual no es tan superviviente como parece. Según explican en el blog http://noesbuenosersincero.blogspot.com/, no es más que un triste campista con un cuerpo escultural al que le dan todo hecho. Lo cierto es que algo raro tenía el asunto cuando pasaba cerca de los osos y otros animales salvajes y estos no le hacían nada, y más que hasta en el desierto encontrara agua cuando los aborígenes llevan años intentándolo.

En esta ocasión, es cierto que la crítica la hacen otros por mí, pero que no quería pasar por alto este tema ya que considero que puede ser de gran interés para todos los usuarios de este pequeño rincón de crítica televisiva:

http://noesbuenosersincero.blogspot.com/2009/07/bear-grylls-el-farsante-que-te-costara.html

Vamos, que después de leer el link tengo la impresión de que a este personaje lo sueltas en el centro de un barrio suburbial (el llamado 'Cuarto Mundo') de una gran ciudad y acaba llorando a los cuatro vientos porque tiene miedo de que un mendigo le pida un euro para un pico. En resumir las cuentas, que si se va con los de Callejeros se acojona vivo.