La series de TVE, con su futuro en el aire


Los recortes que está aplicando el gobierno de Mariano Rajoy han llegado a RTVE. El consejo de administración estudió el miércoles el futuro de series como Cuéntame cómo pasó y Águila Roja (dos puntales muy importantes), las cuales podrían estar en un serio peligro. Además, se encargó al director de TVE, Santiago González, la elaboración urgente de un plan para aumentar los contenidos de producción propia con el objetivo de poder hacer frente al recorte de 200 millones de euros dictado por el Gobierno para los presupuestos de este año, según informó a Europa Press fuentes del consejo.

Hasta el momento, nadie se ha pronunciado sobre el futuro de las series más punteras y se ha aplazado hasta marzo decidir si dichas series desaparecerán de la parrilla para 2013. Pero si las negociaciones entre RTVE y el Gobierno no llegar a buen puerto, las series de mayor audiencia podrían desaparecer, dando lugar a otras más económicas que tendrían que luchar duramente por conseguir una repercusión tan alta.

En el caso de la serie Amar en tiempos revueltos también se aplazó la decisión, de manera que a partir del lunes se emitirán capítulos nuevos, aunque su futura continuidad dependerá de los ahorros que se consigan en otras partidas para ajustarse a los 1.000 millones de gasto que el Ejecutivo ha anunciado que va a fijar para este año.

En este momento, no hay que olvidar que en la próxima temporada deportiva, TVE ya no emitirá el Mundial de MotoGP, otro elemento clave dentro de su programación. Y es que toca apretarse el cinturón en todos los sentidos.

Sin duda son tiempos complicados, ya que todo tipo de ingresos se reducen drásticamente y es más complicado encontrar la financiación adecuada. Y si a esto le sumamos que TVE no tiene publicidad y que gran parte del presupuesto se debe a lo que aporta el Gobierno, todo se hace más difícil.

Pero lo que más sorprende se hablen y se toque puntales de la cadena (algunos como el motociclismo ya se han suprimido), los cuales han conseguido éxitos constantes. En cambio, parece que hay como un doble rasero, por lo que se siguen cometiendo estupideces más propias de tiempos de gloria y plenitud.

En concreto me refieron a lo siguiente: entrado ya el 2012, salía publicado que la presentadora Anne Igartiburu y el humorista José Mota cobraron 30.000 euros cada uno por conducir las campanadas de 2011-2012. La cifra, alta si se tiene en cuenta que RTVE está inmersa en un drástico proceso de contención de gasto, levantó ampollas entre los trabajadores de la corporación (hablando claramente, a más de uno se le cortó la digestión de los langostinos de Noche Vieja y Año Nuevo).

¿A qué estamos jugando? Esta es la pregunta directa que lanzo en estos momentos. Cuando hablé sobre el programa de reyes avisé que se notaba que el presupuesto empezaba a ser reducido, ya que aparecieron en dicho espacio personajes que estaban en el olvido de muchas personas, como Ana Obregón o Lina Morgan.

Parece ser que muchos no entienden que la calidad no está reñida con el presupuesto, por lo que si se miran todas las partidas y todos los espacios, los éxitos pueden continuar. Aunque también es cierto que se tiene que apoyar todavía más la producción propia de contenidos, ya que nadie mejor como los de dentro pueden hacer productos de calidad sabiendo qué es lo que gusta a la gente, sobre todo si se deja lugar a la creatividad de jóvenes talentos y no se entrega a personas que viven ancladas en el pasado.

Por suerte, ya se empiezan a dar los primeros pasos hacia un posible camino correcto. El consejo decidió tomar medidas para la reducción de la estructura directiva, rebajar el salario de los tertulianos y de algunos de sus presentadores más conocidos e iniciar lo más pronto posible las negociaciones con proveedores para lograr una reducción de costes.

En dicha reunión los consejeros coincidieron en señalar que RTVE se encuentra en "una situación compleja" debido al recorte en el presupuesto que el Estado da cada año para financiar a TVE, que este año se reducirá de los alrededor de 550 millones de euros de 2011 a entorno a 345 millones de euros. En este sentido, algunos consejeros apuntaron que "tendrá consecuencias graves para la corporación" e incluso para la plantilla "a medio plazo", ya que el principal gasto de la corporación es en la programación y en personal. Sinceramente, lo que más miedo me da es que acaben recibiendo los palos los de siempre, los trabajadores. Y esto sería consecuencia de años de abuso y despilfarro sin control.

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