Tiembla Buenafuente, que viene Paquirrín


Todavía vivo en estado de shock, de incredulidad, de alucinación y, por qué no decirlo, de admiración. El domingo día 19 de julio se produjo un acontecimiento sin precedentes, nació un nuevo monologista: Francisco Rivera Pantoja "Paquirrín".


De la mano de Ángel Martín (el azote de los programas de corazón) y Dani Mateo (el espíritu rebelde del monólogo), el mundo dio un giro de 180 grados. Ambos le tendieron la mano a un joven "desvalido" y "martirizado" (y no precisamente por las canciones de su madre, Isabel Pantoja), en definitiva, un juguete roto y manipulado por los periodistas del corazón, que tantas veces se han reído y mofado de él y que han provocado que le hayan salido amigos y novias que sólo buscaban los euros que aporta media hora de auténtico bochorno en un plató de televisión frente a Mariñas, la Karmele o la Patiño, o ser portada de Interviú (que conste que yo siempre leo los reportaje de interés que tantos premios y reconocomientos se han llevado). Así pues, en un formato de dos únicos programas, organizaron en La Sexta un espectáculo llamado 'Desmontando a Paquirrín' en el que acompañaban al joven sevillano en su día a día desechando posibles dones innatos (recordar que su padre fue el desaparecido torero Paquirri), hasta llegar a lo que verdaderamente importaba, el humor y la habilidad para contar monólogos.


No obstante, hagamos memoria ya que esto nació cuando Ángel Martín empezó a decir en 'Sé lo que hicisteis' que era amigo de Paquirrín, cuando que el resto de personajes de la televisión se reían de él.


Pues bien, llegó el día, el día de la verdad, el día de poner toda la carne en el asador y de demostrar que él podía ser el nuevo elegido, el nuevo Andreu Buenafuente. Saltó al escenario un poco cohibido, con los 'nervios por corbata' -no me gusta poner con los 'huevos por corbata' ya que puede sonar malsonante-, y eso se notó. Y es cierto, los focos, las cámaras y la presencia de familiares como en este caso la de su hermano Cayetano Rivera Ordoñez siempre impresionan, aunque como en su caso te hayas criado rodeado de flashes y cámaras tanto de televisión como fotográficas. Pero poco a poco se fue soltando y fue cogiendo ritmo, hasta hacer creer a los espectadores que ese vago despreocupado y mediomaleante servía para algo más que vivir de la fama de su madre, de su apellido y de las rentas que tiene.


Durante unos veinte minutos, aproximadamente, realizó un estupendo recorrido por su vida, tanto como la ve él como la que reflejan los medios de comunicación. Incluso llegó a insinuar un posible tonteo con los porros y trató sin tapujos sus salidas nocturnas y las fiestas que se mete entre pecho y espalda, sin olvidar a las 'novias que tanto le quieres por su aspecto físico y no por su cartera'. Tuvo palabras para todos, y con la gracia de un principiante no dejó títere con cabeza. Y eso que en esta ocasión le sirvió de bien poco el acento andaluz, un recurso que mucho humoristas utilizan para contar chistes sin gracia.


Finalmente, consiguió arrancar el aplauso de los presentes en la sala (aunque estos ya estaban marcados por el regidor) y los de más de un telespectador, como en mi caso, que se encontraba en su casa sin dar crédito al fenómeno que estaba viendo en la caja tonta. Posiblemente, nunca llegaremos a saber si detrás de todo esto estaba Isabel Pantoja, pero lo cierto es que el niño vividor ha crecido y parece que ahora por fin a encontrado su verdadera vocación. Paquirrín, continúa por el buen camino del humor inteligente pero siempre acompañado de Ángel Martín, Dani Mateo y del buen guionista que os acompañó en todo momento.


Tiembla Buenafuente, que Paquirrín viene pisando fuerte.


Aquí teneis el monólogo al completo para que lo disfruteis en todo su esplendor:




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